Ir al contenido principal

"La memoria de la piel"

No sé si mi condena siempre ha sido no encontrarle sentido al olvido, o si esa ha sido mi mayor virtud. Es raro de explicar, porque soy consciente de que me invade la angustia cuando la memoria de mi piel recuerda tu tacto, o cuando mi mente se inventa un eco que se parece a tu voz, como si aún pudiera escucharte.

A veces, quisiera que mi piel y mi mente enfermaran de Alzheimer, para olvidar de una vez y para siempre que alguna vez fuiste tan complaciente. Esto significaría poder hacer de tu ausencia un triunfo que ya no duele en lugar de una herida no cicatrizada. También entiendo que parece tan difícil creer que al enfermar, podría salvarme de la pena. 

El recuerdo se alimenta de nostalgia para revivir, como si aquello que creíamos que era felicidad en el pasado, no fuera el resultado de las cicatrices que aún arden con descaro en el presente después de tanto tiempo.  A veces, estas viejas heridas nos atan la piel a la rutina y nos tapan los oídos al susurro de nuevas promesas. 

Quizás es absurdo no encontrarle sentido al olvido y deberíamos aferrarnos a él para superar ausencias, pero sin embargo, no podemos negar que esta memoria es nuestra conciencia. Ella es la única razón por la cual aprendimos y crecimos. La memoria de nuestra piel es como un maestro severo que nos enseña con dolor y cicatrices las lecciones que la vida nos pone frente, y que solo a través de ellas nos volvemos más sabios y selectivos. 

Nuestro cuerpo se vuelve inteligente cuando elige no olvidar, y al mismo tiempo, nuestro corazón se vuelve fuerte porque la memoria de los que ya no están se transforma en una fortaleza inquebrantable, que nos permite aprender de la nostalgia y jamás querer volver al pasado. La piel no extraña a desconocidos, quizás solo extraña la calidez que alguna vez experimentó. Y debido a la incapacidad de olvidar, no solo recuerda la calidez, sino que también recuerda el momento en que la indiferencia comenzó a llevarse el abrigo que nos cubría del frío.




Comentarios

Entradas populares de este blog

“El ser es volátil”

“ Reconocer la falta de comprensión de uno mismo como parte de la esencia de conocerse un poco todos los días de acá hasta el día que seamos eternidad.” No entiendo el deseo humano de intentar conocerse a uno mismo al punto de olvidarse de reinventarse. Parte de crecer es entender que nuestro deseo no solo está ligado a la mera conformidad de ser, sino a comprender que, aunque deseemos ser alguien con todas nuestras fuerzas, primero tendremos que transitar la incomodidad de no ser quienes anhelamos. En ese viaje, podemos encontrarnos con versiones de nosotros mismos que resulten más auténticas que los propios deseos por alcanzar. Tal vez, el deseo de ser no implica descubrirnos finalmente, sino conocernos al principio, todos los días, incluso cuando las dudas nos invaden al punto de sentir que nuestro camino parece desvanecerse a lo lejos. Como si el mismo hecho de encontrarnos a nosotros mismos implicara correr hacia algún otro lado donde no se sienta tan incómodo no saber quiénes som...

“Hasta que la muerte nos separe”

Estuve esperando este día mucho tiempo. Hoy es un momento especial para mí, porque significa que dejé de tener miedo de desaparecer de un mundo tan frío y frívolo como este. No busco la muerte, y mucho menos huyo de ella, pero ya no me asusta la idea de dejar que se enfríe todo lo que dejo atrás si me entrego al infierno. Quién sabe, quizás allá, en donde se encuentra el olvido, hay mucha gente que ya no le teme a estar sola, porque simplemente renacieron como almas nuevas, navegando libremente en lo que antes se consideraba pecado. La realidad es que ya no tengo miedo de dejar arder todo lo que desconozco de mí. Allá en la tierra, todo el mundo cree que vive la vida como si no hubiera un mañana, pero yo creo que viven en el mañana como si no existiera un hoy. Estoy cansada de la gente que le teme al fuego, al calor de estar vivo. Ya no busco mitigar el fuego que esconde mi piel, porque cuando siento algo, lo siento en el alma. Lo siento en el cuerpo, vibrando y quemándome las entrañas...

"Mi luz"

Hay una luz cerca mío que me endulza el oído y me narra sus cuentos más deslumbrantes.  Me cuenta sus pesares y la forma en la que aprendió a vivir con ellos. Me narra sus locuras y se alegra cuando me río de ellas. Me anima a ser responsable y también me deja ser impredecible. Me cuida como nadie y también me deja ser libre. Me quiere con todo su corazón y conoce mi sensibilidad.  Cuando dudo de mí, me invita a soñar que estoy volando para que vea desde arriba todas las huellas que fui dejando en los lugares que pisé. Se esfuerza por mantenerme cuerda y al mismo tiempo acepta que tengo mis momentos. Desde que la conocí es una luz que se fue encendiendo con cada sacrificio y cada grandeza. Es una mujer imponente, generosa y luminosa como la luna, pero lo que la diferencia de ella es que no le hace sombra a nadie a pesar de su inmensidad. Esa luz es mi mentora y la voy a llevar eternamente conmigo. Porque aún titilando a lo lejos al igual que una estrella, sé que no es de las f...