Hay una luz cerca mío que me endulza el oído y me narra sus cuentos más deslumbrantes. Me cuenta sus pesares y la forma en la que aprendió a vivir con ellos. Me narra sus locuras y se alegra cuando me río de ellas. Me anima a ser responsable y también me deja ser impredecible. Me cuida como nadie y también me deja ser libre. Me quiere con todo su corazón y conoce mi sensibilidad. Cuando dudo de mí, me invita a soñar que estoy volando para que vea desde arriba todas las huellas que fui dejando en los lugares que pisé. Se esfuerza por mantenerme cuerda y al mismo tiempo acepta que tengo mis momentos. Desde que la conocí es una luz que se fue encendiendo con cada sacrificio y cada grandeza. Es una mujer imponente, generosa y luminosa como la luna, pero lo que la diferencia de ella es que no le hace sombra a nadie a pesar de su inmensidad. Esa luz es mi mentora y la voy a llevar eternamente conmigo. Porque aún titilando a lo lejos al igual que una estrella, sé que no es de las f...