Conozco la agonía tan de cerca que me resulta casi incómodo compartir espacio con alguien que oculta el sufrimiento detrás de sus ojos, porque puedo notar que ese alguien que está infelizmente alegre, esconde en esa alegría un dolor, y al observar, queda expuesta la tristeza a través de cortos silencios en donde la mirada se pierde en algún punto fijo del recuerdo, allí nace la famosa incomodidad que se genera cuando el otro nota que lo estamos notando y entonces vuelve a fingir como sabe, como puede y como aprendió, porque las penas que se esconden erróneamente y son reveladas ante otros, exponen ese miedo humano a la transparencia con respecto al sentir, como si la transparencia dejara al descubierto un miedo que sin duda nos condiciona y nos vulnera, esa transmisión de pesar no se puede evitar frente a los ojos de quienes vivieron en carne propia ese sentimiento, porque ese silencio momentáneo se vuelve absoluto, y en ese entonces, afloran las debilidades de cualquie...